«De Zorita, / ni mujer ni borrica»
«Los perros de Zorita, / pocos y mal avenidos»
El autor de Viaje a la Alcarria se trasladó en su última tarde en Pastrana a hasta la localidad de Zorita a iniciativa de don Paco. Allí conoce la villa, sabe de la existencia de las ruinas de Recópolis y merendó junto con sus acompañantes en una taberna. Ya de regreso a Pastrana se echó una cabezadita en el coche.
Zorita de los Canes se encuentra en la Alcarria Baja, a la orilla izquierda del río Tajo, en la estrecha zona entre éste y un cerro que domina la vega. Es difícil resumir la densa historia de Zorita, que fue una plaza fortificada con un castillo que ocupa siete mil metros cuadrados (al este de la pequeña villa) y que fue casi inexpugnable durante 700 años, hasta la llegada de la artillería. Tanto el castillo como la muralla de Zorita de los Canes son Monumento Nacional desde 1931. El origen del nombre parece que no tiene nada que ver con los perros, sino con su aspecto blanco desde lo lejos.
El castillo de Zorita controlaba el paso del Tajo y el camino que por allí pasaba, y fue un elemento vital para el control del río desde los tiempos del emirato cordobés. Por el tipo de roca utilizado necesitó de constantes reparaciones, la primera conocida fue en el año 853 y la última en 2010, de momento. Zorita sería centro de rebeldías bereberes contra el poder cordobés. Aproximadamente en 1085 sucedió la conquista de la localidad por las tropas de Alvar Fáñez de Minaya, «señor de Zorita y Santaver», fue perdida en 1110 y reconquistada en 1124. En 1174, Alfonso VIII entregó Zorita a la Orden Militar de Calatrava y en 1180 Alfonso VIII y el maestre Martín Pérez de Siones la aforaron por primera vez.Fue la cabeza de la Encomienda de la Orden de Calatrava, siendo sede de la Mesa Maestral Calatrava desde finales del siglo XII hasta comienzos del XIII, debido a la derrota de Alarcos.
La villa se extendió con un arrabal al otro lado del río, despoblado en el siglo XIV. Zorita fue comprada en 1565 por el príncipe de Éboli, marido de la famosa Ana de Mendoza y de La Cerda, quienes realizaron algunos cambios en la fortaleza para poder residir cómodamente en ella, lo cual hizo la princesa un tiempo. Zorita perteneció a los duques de Pastrana, unidos en el siglo XVII a los del Infantado, hasta que en 1723 fue vendida la villa y su castillo a Juan Antonio Pérez de la Torre, antepasado de los condes de San Rafael.
El castillo fue una alcazaba islámica del siglo IX, fundada por el emir Muhammad I. Sufrió numerosos cambios y lo que podemos ver es una fortaleza de forma alargada de norte a sur, como la del cerro sobre el que se encuentra, dando al oeste a la villa y al este al arroyo Bodujo. Se divide la estructura en un albacar (recinto bajo exterior), un recinto militar y un recinto religioso, dónde se encuentran las ruinas de una interesante iglesia románica con cripta, sin crucero y con ábside a oriente, del siglo XIII. Allí estuvo la famosa Virgen del Soterraño, ahora en la colegiata de Pastrana.
La muralla este y la puerta oeste son de la época califal, siendo lo demás de los siglos XII y XIII. Se accede al mismo por dos caminos, uno es suave y sigue el arroyo Bodujo y atraviesa una torre albarrana de 1328 muy bien conservada y un foso con puente levadizo. El otro es por el lado oeste y sube empinado en zig-zag desde la villa, atravesando una puerta principal con un arco gótico afuera y otro califal dentro. En cuanto a la villa murada a sus pies, se piensa que el puente de piedra que tuvo a su entrada estaba fortificado, a la vista de los pilones existentes, defendiendo y dando acceso a la vez a la villa.
Se entra al casco urbano atravesando la puerta de la muralla y llegando a una curiosa fuente intermitente. El casco urbano se organiza en torno a ca-lles estrechas y casas enmarcadas con una estructura puramente medieval y edificaciones que se remontan al siglo XV, destacando los restos de la robusta muralla (siglo XIII) que alberga aún hoy habitáculos de casas particulares, y que acotaba lo que fuera en su día la ciudadela.
La iglesia parroquial de San Juan Bautista, es de origen románico y en ella destacan su espadaña, la pila bautismal visigoda y la forja de sus puertas interiores.
Al sur, en el cerro de la Oliva, se encuentra el Parque Arqueológico de Recópolis, ciudad amurallada con basílica fundada por el rey visigodo Leovigildo hacia el 578. Es Monumento Nacional desde 1946. Abandonada tras la conquista musulmana, sus piedras servirían para la fortificación de un cerro cercano bajo el que se creó una población, la actual Zorita. Las excavaciones arqueológicas que periódicamente se llevan realizando desde hace ya varios años, han dejado al descubierto los restos de esta ciudad visigoda, única en Europa por ser fundación de nueva planta. En el edificio del Parque Arqueológico hay dioramas explicativos y se organizan visitas guiadas. Hay un camino medieval de Recópolis a Zorita, una antigua vía en la que aún hoy se observan las rodadas de los carros en algunos tramos. Es un bonito pa-seo en el que se puede apreciar y disfrutar el paisaje alcarreño. Otros lugares que merecen nuestra atención son el acueducto, el molino del Arroyo Badujo y las acequias.
Hay una reserva fluvial en el río Tajo a su paso por Zorita, que es lugar de ocio.
Más información:
Ayuntamiento: 949 37 69 23
Web: www.zoritadeloscanes.com
Correo info@zoritadeloscanes.com
Centro de Interpretación Turística de Recópolis: 949 37 68 98
Más información: http://www.patrimoniohistoricoclm.es/parque-arqueologico-de-recopolis/
Web: http://www.patrimoniohistoricoclm.es/parque-arqueologico-de-recopolis/informacion-practica/